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Principales figuras retóricas

Figuras de pensamiento

Topografía

Prosopografía

La etopeya

Retrato

Enumeración

Máxima o sentencia

Epifonema

Simil

Antítesis o contracte

Paradoja

Perífrasis

Ironía

Sarcasmo

Hipérbole

Personificación

Conminación

Optación

Pregunta retórica

Apóstrofe

Exclamación retórica

 

Figuras de dicción o de palabra

Aliteración

Onomatopeya

Similicadencia

Paronomasia

Repetición simple

Anáfora

Anadiplosis

Epanadililosis

Reduplicación

Polisíndeton

Amplificacion

Gradación

Concatenación

Derivacion

Poliptoton

La dilogía

El calambur

Retruécano

El paralelismo

El quiasmo

La elipsis

El asíndeton

La suspensión

La interrupción

Tropos

METÁFORA

IMAGEN

METONIMIA

Otras (Partes de la oración)

El hipérbaton

El verbo

El sustantivo

El artículo

El adjetivo

Las conjunciones

Los sonidos

El verso

 

 

 

 

 

Figura de pensamiento (descriptivo)

- La topografía es la descripción de un lugar.

Alrededor de la catedral se extendía, en estrecha zona, el primitivo recinto de Vetusta. Comprendía lo que se llamaba el barrio de la Encimada, y dominaba todo el pueblo que se había ido estirando por noroeste y sudeste. Desde la torre se veía, en algunos patios y jardines de casas viejas y ruinosas, restos de la antigua muralla, convertidos en terrados o paredes medianeras, entre huertos y corrales.

(Leopoldo Alas «Clarín». La Regenta.)

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Figura de pensamiento (descriptivo)

- La prosopografía  es la descripción de una persona en su aspecto exterior.

Letamendi era un señor flaco, bajito, escuálido, con melenas grises y barba blanca. Tenía cierto tipo de aguilucho: la nariz corva, los ojos hundidos y brillantes, se veía en él un hombre que se había hecho una cabeza, como dicen los franceses. Vestía siempre levita algo entallada, y llevaba un sombrero de copa de alas planas, de esos sombreros clásicos de los melenudos profesores de la Sorbona.

(Pío Baroja. El árbol de la ciencia.)

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Figura de pensamiento (descriptivo)

- La etopeya  es la descripción de las cualidades morales de un individuo.

(Don Gumersindo) era afable, servicial, compasivo, y se desvivía por complacer y ser útil a todo el mundo, aunque le costase trabajos, desvelos fatiga, con tal que no le costase un real. Alegre y amigo de chanzas y de burlas, se hallaba en todas las reuniones y fiestas, cuando no era a escote, y las regocijaba con la amenidad de su trato y con su discreta, aunque poco ática , conversación. Nunca había tenido inclinación alguna amorosa a una mujer determinada; pero inocentemente, sin malicia, gustaba de todas, y era el viejo más amigo de requebrar a las muchachas y que más las hiciese reír que había en diez leguas a la redonda.

(Juan Valera. Pepita Jiménez.)

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Figura de pensamiento (descriptivo)

- El  retrato es la descripción, tanto moral como física, de una persona.

Tenía la Benina voz dulce, modos hasta cierto punto finos y de buena educación, y su rostro moreno no carecía de cierta gracia interesante que, manoseada ya por la vejez, era una gracia borrosa y apenas perceptible. Más de la mitad de la dentadura conservaba. Sus ojos, grandes y oscuros, apenas tenían el ribete' rojo que imponen la edad y los fríos matinales. Su nariz destilaba menos que las de sus compañeras de oficio, y sus dedos, rugosos y de abultadas coyunturas, no terminaban en uñas de cernícalo .

(Benito Pérez Galdós. Misericordia.)

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Figura de pensamiento (descriptivo)

- La enumeración consiste en reseñar los elementos que componen un conjunto. El siguiente poema está compuesto por dos largas enumeraciones:

El bastón, las monedas, el llavero,

la dócil cerradura, las tardías

notas que no leerán los pocos

días que me quedan, los naipes y el tablero,

un libro y en sus páginas la ajada

violeta, monumento de una tarde

sin duda inolvidable y ya olvidada,

el rojo espejo occidental en que arde

una ilusoria aurora. ¡Cuántas cosas,

limas, umbrales, atlas, copas, clavos,

nos sirven como tácitos esclavos,

ciegas y extrañamente sigilosas!

Durarán más allá de nuestro olvido;

no sabrán nunca que nos hemos ido.

(Jorge Luis Borges. Elogio de la sombra.)

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Figura de pensamiento (lógicas)

- La máxima o sentencia ofrece una reflexión de carácter filosófico sobre la vida o el mundo.

Tan de valientes corazones es, señor mío, tener sufrimiento en las desgracias como alegría en las prosperidades.

(Cervantes. Quijote, XVI, ll.)

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Figura de pensamiento (lógicas)

- El refrán es similar a la sentencia, pero recogiendo experiencias de tono más común y en expresión popular.

Mas no muera yo de muerte, hasta que me vea con un cuero [de vino] o tinajica de mis puertas adentro. Que en mi ánima no hay otra provisión, que como dicen: «pan y vino anda camino, que no mozo garrido».

(Fernando de Rojas. La Celestina, IV.)

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Figura de pensamiento (lógicas)

- El epifonema es una reflexión final, resultado o resumen de afirmaciones anteriores:

Es mucho más complejo de lo que parece este vicio de fumar, al que algunos llaman un vicio pequeño. Yo, por ejemplo, no puedo ponerme a escribir sin encender un pitillo, y, a partir de ese momento, la pluma se detendrá muchas veces, pero los pitillos se sucederán unos a otros sin la menor interrupción. Con una idea más romántica de mi vicio o de mi trabajo, yo supondría que el tabaco facilitaba la lucidez de mis pensamientos, pero no hay nada de eso. Lo que pasa es que, con la atención enteramente concentrada en una cosa, abandono el control de mis movimientos neuromusculares, y éstos, entonces -como unos criados de poca confianza a los que no vigilase nadie-, van y me acaban con las cajetillas.

-¡Dichoso el hombre que no tiene criados! -suelen decir todos aquellos que pueden permitirse el lujo de tener muchos.

¡Dichoso, digo yo a mi vez, el que no tiene hábitos, reflejos, tics ni rutinas que lo esclavicen!

(Julio Camba. Esto, lo otro y lo de más allá.)

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Figura de pensamiento (lógicas)

- El símil compara, de forma expresa, un hecho real con otro imaginario de cualidades análogas.

Unos cuerpos son como flores.

Otros como puñales.

Otros como cintas de agua;

Pero todos, temprano o tarde,

Serán quemaduras que en otro cuerpo se agranden,

Convirtiendo por virtud del fuego a una piedra en un hombre.

(Luis Cernuda. Los placeres prohibidos.)

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Figura de pensamiento (lógicas)

- La antítesis o contraste supone enfrentar dos pensamientos opuestos.

Era hermoso jinete,

y ahora montón de nieve.

(Federico García Lorca. Bodas de sangre.)

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Figura de pensamiento (lógicas)

- La paradoja reúne en una misma frase dos pensamientos que parecen irreconciliables.

Vivo sin vivir en mí

Y tan alta vida espero

que muero porque no muero.

(Teresa de Jesús. Poesías.)

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Figura de pensamiento (indirecta)

- La perífrasis, circunlocución o rodeo se produce cuando se dice con varias palabras lo que se podría decir con pocas o con una sola.

Era inevitable que los mejores amigos del hombre [los perros] se acercaran desde ignotos rancheríos para intentar ser alimentados a cambio de lamer manos y mover cola.

(Juan Carlos Onetti. Cuando ya no importe.)

La perífrasis puede quedar asociada al eufemismo, consistente en señalar de forma benévola o amable un hecho o asunto desagradable.

MAX.-El café es un lujo muy caro, y me dedico a la taberna, mientras llega la muerte.

RUBÉN.-Max, amemos la vida, y mientras podamos, olvidemos a la Dama de Luto.

(Ramón del Valle-Inclán. Luces de bohemia.)

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Figura de pensamiento (indirecta)

- La ironía consiste en afirmar lo contrario de lo que se dice:

Calisto y Melibea se casaron -como sabrá el lector si ha leído La Celestina- a pocos días de ser descubiertas las rebozadas entrevistas que tenían en el jardín. Se enamoró Calisto de la que después había de ser su mujer un día que entró en la huerta de Melibea persiguiendo un halcón. Hace de esto dieciocho años. Veintitrés tenía entonces Calisto.

(«Azorín». Las nubes. Castilla.)

La frase destacada es irónica: quien haya leído La Celestina sabe que Calisto y Melibea mueren trágicamente.

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Figura de pensamiento (indirecta)

- El sarcasmo es la ironía aplicada de forma crítica a las personas (comportamientos, gestos, actitudes ... ).

Señor -dijo el pícaro-, yo no tengo las inteligencias que vuesa merced, que se va a las casas de juego.

(Vicente Espinel. Vida del escudero Marcos de Obregón.)

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Figura de pensamiento (patética)

Cierto número de figuras de pensamiento están elaboradas de tal forma que la intensidad de su lenguaje se dirige a conmover al receptor, por eso se las denomina patéticas. Esto sucede en los siguientes casos:

 

Figura de pensamiento (patética)

- La exclamación retórica es manifestación de sentimientos y emociones que la escritura representa con signos de exclamación. Éstos traducen una entonación distinta, de carácter enfático en su expresión («¡Pedro ha venido!»), frente a la puramente enunciativa («Pedro ha vertido») o interrogativa («¿Pedro ha venido?»).

i Voto a Dios que me espanta esta grandeza

y que diera un doblón por descrivilla'

porque ¿a quién no suspende y maravilla

esta máquina insigne, esta riqueza?

¡Por Jesuchristo vivo, cada pieza Volver

vale más que un millón, y que es mancilla

que esto no dure un siglo, oh gran Sevilla,

Roma triunfante en ánimo y nobleza!

(Miguel de Cervantes. Al túmulo del Rey que se hizo en Sevilla.)

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Figura de pensamiento (patética)

- El apóstrofe o invocación nos permite dirigir la palabra a personas o cosas, estén presentes o ausentes. Puede ir asociada a una exclamación retórica.

¡Oh tristes nubes oscuras

que tan recias camináis,

sacadme de estas tristuras

y llevadme a las honduras

de la mar a donde vais!

(Gil Vicente. Comedia de Rubena.)

0 puede mostrarse la invocación sólo como tal.

Ojos claros, serenos,

si de un dulce mirar sois alabados,

¿por qué, si me miráis, miráis airados?

Si cuando más piadosos,

más bellos parecéis a aquel que os mira,

no me miréis con ira,

porque no parezcáis menos hermosos.

¡Ay tormentos rabiosos!

Ojos claros, serenos,

ya que así me miráis, miradme al menos.

(Gutierre de Cetina. Ojos claros, serenos.)

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Figura de pensamiento (patética)

- La pregunta retórica expresa sentimientos con interrogaciones o constituye interrogaciones que, simplemente, no esperan respuesta.

¿Soy yo quien anda, esta noche,

por mi cuarto, o el mendigo

que rondaba mi jardín;

al caer la tarde?.. Miro

en torno y hallo que todo

es lo mismo y no es lo mismo.

(Juan Ramón Jiménez. Jardines lejanos.)

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Figura de pensamiento (patética)

- La optación es la figura que permite manifestar un deseo.

¡Oh, suene de continuo,

Salinas, vuestro son en mis oídos,

por quien al bien divino

despiertan los sentidos,

quedando a lo demás amortecidos!

(Fray Luis de León. Oda a Salinas.)

- Si el deseo se expresa bajo la forma de un ruego recibe el nombre de deprecación.

Es necesario Asunción,

si de verdad tú me estimas,

que por favor me suprimas

el uso del almidón.

(Anónimo. Madrid Cómico.)

- Si el deseo expresa rechazo o maldición de uno mismo, tenemos la execración.

Mis enemigos me venzan

en pleitos más peligrosos

ymi . ami . go más querido

me levante testimonio

jurefalso contra mí,

y el juez más riguroso

de mis enemigos sea

del lado parcial devoto

(Lope de Vega. Llenos de lágrimas tristes.)

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Figura de pensamiento (patética)

- Con la conminación amenazamos con aspectos que pueden estar fuera de la realidad.

Nunca en el abril lluvioso

halles yerba en verde prado,

más que si fuera en agosto;

siempre te venza el contrario

cuando estuvieres celoso,

y por los bosques bramando,

halles secos los arroyos;

mueras en manos del vulgo,

a pura garrocha, en coso;

no te mate el caballero,

con lanza o cuchillo de oro;

mas lacayo, por detrás,

con el acero mohoso,

te haga sentar por fuerza,

y manchar de sangre el polvo.

(Lope de Vega. iOh mal hayas el novillo!)

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Figura de pensamiento (patética)

La hipérbole permite exagerar, positiva o negativamente, la valoración de una persona, una cosa o un hecho.

Repartió a cada uno tan poco camero, que entre lo que se les pegó a las unas y se les quedó entre los dientes, pienso que se les consumió todo, dejando descomulgadas las tripas de participantes.

(Francisco de Quevedo. El buscón.)

 

 

Figura de pensamiento (patética)

- La prosopopeya o personificación otorga cualidades propias de seres animados y corpóreos a otros inanimados y abstractos, o acciones y cualidades humanas a seres que no lo son.

Vetusta, la muy noble y leal ciudad, corte en lejano siglo, hacía la digestión del cocido y de la olla podrida, y descansaba oyendo entre sueños el monótono y familiar zumbido de la campana del coro, que retumbaba en lo alto de la esbelta torre en la Santa basílica.

(Leopoldo Alas, «Clarín». La Regenta.)                                                                             Volver

 

Figura de dicción o de palabra (por repetición)

La aliteración es la repetición de sonidos semejantes. Puede evocar estados de ánimo o sonidos de especial expresividad.

Estaba tan embebido,

tan absorto y enajenado,

que se quedó mi sentido

de todo sentir privado,

y el espíritu dotado

de un entender no entendiendo

toda ciencia trascendiendo.

(San Juan de la Cruz. Sobre un éxtasis de harta contemplación.)

Tengo los años suficientes para sentirme desamparado cuando un amigo se me muere. Todo un lienzo de la pared de mi vida se me derrumba estrepitosamente y tengo una angustiosa sensación de soledad. Cuando el amigo es un amigo querido, en quien confiabas siempre, el problema se agrava.

(Juan Perucho. Los jardines de la melancolía.)

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Figura de dicción o de palabra (por repetición)

La onomatopeya es aquel tipo de aliteración que viene a reproducir o sugerir sonidos reales. Aunque los ejemplos convencionales aluden a la exacta reproducción de ciertos sonidos (el glu-glu del agua, el tic-tac del reloj), en los textos que citamos se evocan el zumbido de las abejas en el silencio y el chirrido de la cancela, respectivamente.

Secaba entonces el terreno aliento

el sol, subido en la mitad del cielo.

En el silencio sólo se escuchaba

un susurro de abejas que sonaba.

(Garcilaso. Égloga III.)

Rechinó en la vieja cancela mi llave;

con agrio ruido abrióse la puerta

de hierro mohoso y, al cerrarse grave

golpeó el silencio de la tarde muerta.

(Antonio Machado. Soledades.)

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Figura de dicción o de palabra (por repetición)

La similicadencia consiste en usar palabras de sonidos semejantes o hacer coincidir varias con un final parecido. No debemos confundirla con lo que es la simple rima de los versos.

Amo lo que se enciende

lo que vuela y se abre l

o que enloquece y crece

lo que se mueve y salta

lo que bebe los vientos

lo que es contacto y música

lo que es vasto y es casto

lo que es milagro y peligro

lo que respira y se estira

o que viaja por antojo.

(Carlos Edmundo de Ory. Amo... Metanoia.)

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Figura de dicción o de palabra (por repetición)

La paronomasia aproxima palabras de sonidos parecidos, pero significados muy distintos.

Salve, salve, oh magnífico,

oh democrático y práctico,

oh fantástico Trigeo,

oh flemático , y oh, cáustico

¡Mítico, cómico, ínclito

ático y rápido árbitro.

(Francisco Nieva. La paz. Celebración grotesca sobre Aristófanes.)

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Figura de dicción o de palabra (por repetición)

La repetición simple consiste en la reiteración de una o varias palabras diseminadas en el texto.

Nosotros, ¡oh amigos!, sólo somos poetas y en vano pretenderíamos ver algo en el misterio, porque nuestros ojos están empañados por el sahumerio de nuestra fantasía, y de todas nuestras graves pláticas, ¡oh amigos!, sólo nos queda este cansancio que nos acogota y nos deja postrados, como camellos, ante la gran puerta cerrada de la muerte.

(Rafael Cansinos Assens. El candelabro de los siete brazos.)

Entre mis manos cogí

un puñadito de tierra

Soplaba el viento terrero.

La tierra volvió a la tierra.

Entre tus manos me tienes,

tierra soy.

El viento orea

tus dedos, largos de siglos

Y el puñadito de arena

-grano a grano, grano a grano-

gran viento se lo lleva.

(Dámaso Alonso. El viento y el verso.)

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Figura de dicción o de palabra (por repetición)

La anáfora consiste en la repetición de una o más palabras al principio de varios versos o de varias frases.

Por la honra no come el que tiene gana donde le sabría bien. Por la honra se muere la viuda entre dos paredes. Por la honra, sin saber qué es hombre ni qué es gusto, se pasa la doncella treinta años casada consigo misma. Por la honra, la casada le quita a su deseo cuanto pide. Por la honra pasan los hombres el mar. Por la honra, mata un hombre a otro. Por la honra, gastan todos más de lo que tienen. Y es la honra mundana, según esto, una necedad del cuerpo y alma, pues al uno quita los gustos y al otro la gloria.

(Francisco de Quevedo. Sueño del infierno. Sueños.)

¿Por qué tienes nombre tú,

día miércoles?

¿Por qué tienes nombre tú,

tiempo, otoño?

Alegría, pena, siempre

¿por qué tenéis nombre: amor?

(Pedro Salinas. La voz a ti debida.)

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Figura de dicción o de palabra (por repetición)

La anadiplosis repite el final de un verso o de un grupo sintáctico, al comienzo del siguiente.

... Hablan las aguas y lloran,

lloran las almas y cantan.

(Juan Ramón Jiménez. Generalife.)

¡Calle mayor de mi esperanza, suenen

en ti los pasos de mi vida, abre

tu palomar y salgan,

salgan al aire libre...

(Claudio Rodríguez. Dando una vuelta por mi calle. Conjuros.)

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Figura de dicción o de palabra (por repetición)

La epanadililosis hace que un verso o una frase comiencen y terminen de la misma forma.

La princesa está triste..., ¿qué tendrá la princesa?

Los suspiros se escapan de su boca de fresa,

que ha perdido la risa, que ha perdido el color.

(Rubén Darío. Sonatina. Prosas profanas.)

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Figura de dicción o de palabra (por repetición)

La reduplicación consiste en la repetición inmediata de un término.

Tras de un amoroso lance,

y no de esperanza falto,

volé tan alto, tan alto

que le di a la caza alcance.

(San Juan de la Cruz. Otras coplas a lo divino.)

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Figura de dicción o de palabra (por repetición)

El polisíndeton o repetición de conjunciones permite dar sensación de complejidad a una exposición.

¡Y las mujeres, y los niños, y los viejos, y los enfermos, gritarán entre el fuego, y vosotros cantaréis y yo también, porque seré yo quien os guíe!

(Ramón del Valle-Inclán. Romance de lobos.)

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Figura de dicción o de palabra (por repetición)

La amplificación consiste en desarrollar una idea mediante la enumeración intensificadora o la reiteración de algunos aspectos. Con este procedimiento el párrafo no avanza y tiende a volver sobre sí mismo.

Y ya este suspiro, que yo he oído tantas veces, tantas veces en los viejos pueblos, en los caserones vetustos, a estas buenas ancianas vestidas de negro; ya este suspiro me trae una visión neta y profunda de la España castiza.

(«Azorín». La partida. La ruta de don Quijote.)

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Figura de dicción o de palabra (por repetición)

La gradación crea un escalonamiento -ascendente o descendente- en diversos niveles. A la gradación ascendente, como al punto más alto de la misma, se denomina clímax.

Sólo el pedante vocinglero, hinchado

de vanidad y ponzoñosa envidia,

todo lo sabe. En el café gobierna

los imperios del orbe, y mientras bebe

diez copas de licor, sorprende, asalta,

gana de Gibraltar el puerto y muro.

(Leandro Fernández de Moratín. Epístola Al Príncipe de la Paz,)

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Figura de dicción o de palabra (por repetición)

La concatenación es una repetición en serie, de tal forma que un término se reitera para enlazarse con uno nuevo.

 

A cada uno de los muros de cada hexágono corresponden cinco anaqueles; cada anaquel encierra treinta y dos libros de formato uniforme; cada libro es de cuatrocientas diez páginas; cada página, de cuarenta renglónes; cada renglón, de unas ochenta letras de color negro.

(Jorge Luis Borges. La biblioteca de Babel. Ficciones.)

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Figura de dicción o de palabra (por repetición)

La derivación es la combinación de palabras que están formadas a partir de un mismo lexema o raíz.

¡No estás en ti, belleza innúmera

que con tu fin me tientas, infinita,

a un sinfin de deleites!

(Juan Ramón Jiménez. Piedra y cielo.)

Ya nunca llegaré a tu lado,

puede ser, amor mío, que no te amara ya,

que no te hubiese amado nunca,

que sólo hubiese amado a mi propio amor,

el amor que te tuve, Clara, amor mío.

(José Hierro. Brahms, Clara, Schuman. Agenda.)

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Figura de dicción o de palabra (por repetición)

El poliptoton o polipote es la utilización de un mismo tipo de palabra con distintos accidentes gramaticales o distinta forma.

¡Si supieras, mi perro

qué triste está tu dios, porque te has muerto!

¡También tu dios se morirá algún día!

Moriste con tus ojos

en mis ojos clavados,

tal vez buscando en éstos el misterio

que te envolvía.

(Miguel de Unamuno. Elegía a la muerte de un perro. Poesías.)

¡Qué alegría vivir

sintiéndose vivido!

Rendirse

a la gran certidumbre, oscuramente,

de que otro ser, fuera de mí, muy lejos,

me está viviendo.

(Pedro Salinas. La voz a ti debida.)

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Figura de dicción o de palabra (por repetición)

La dilogía presenta dos palabras de la misma forma o del mismo sonido pero con significados distintos:

Cruzados hacen cruzados

escudos pintan escudos,

y tahúres muy desnudos

con dados ganan Condados;

ducados dejan Ducados,

y coronas Majestad.¡verdad!

(Luis de Góngora. Dineros son calidad...)

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Figura de dicción o de palabra (por repetición)

El calambur combina las sílabas de dos palabras distintas para formar una tercera. Góngora, para llamar a Quevedo borracho dirá:

Cierto poeta, en forma peregrina

cuanto devota, se metió a romero. [de bota]

0 jugando con el nombre del personaje bíblico (Noé) y la negación (No hé no tengo), afirma:

No está España para pobre,

donde esconde cada

cual en el arca de No hé

lo que vais a demandar.

(Luis de Góngora. Alpie de un álamo negro.)

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Figura de dicción o de palabra (por repetición)

El retruécano o conmutación consiste en repartir varias palabras de una frase bajo otra forma e invirtiendo el orden de sus elementos, dando lugar a una alteración del significado.

Dan vuestras amantes penas

a sus libertades alas,

y después de hacerlas malas l

as queréis hallar muy buenas.

¿ Cuál mayor culpa ha tenido

en una pasión errada:

la que cae de rogada,

o el que ruega de caído?

¿0 cuál es más de culpar,

aunque cualquiera mal haga,

la que peca por la paga

o el que paga por pecar?

(Sor Juana Inés de la Cruz. Arguye de inconsecuente el gusto y la censura de los hombres.)

Además, los pobres apaches y los pobres indios (tan fuertemente unidos que ha habido apaches indios y ha habido indios «apaches» ') comprendieron a principios de siglo que el humorismo iba a invadir la literatura, limpiándola de simpleza porque el humorismo es el zotal de la literatura -y comenzaron a suicidarse en masa al sospechar que un denso ridículo había de envolverles.

(Enrique Jardiel Poncela. Amor se escribe sin hache.)

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Figura de dicción o de palabra (por repetición)

El paralelismo es la repetición de estructuras sintácticas o conceptuales entre diversas frases o versos. En el soneto quevediano hay un doble paralelismo: entre los versos del primer terceto (verbo + proposición de relativo + verbo de la proposición en idéntica posición final), y entre éstos y los versos del segundo terceto.

Cerrar podrá mis ojos la postrera

sombra que me llevare el blanco día,

y podrá desatar esta alma mía

hora a su afán ansioso lisonjera;

mas no, de esotra parte, en la ribera,

dejará la memoria, en donde ardía:

nadar sabe mi llama la agua fría

y perder el respeto a ley severa.

Alma a quien todo un dios prisión ha sido,

venas que humor a tanto fuego han dado,

medulas' que han gloriosamente ardido,

su cuerpo dejará, no su cuidado;

serán cenizas, mas tendrá sentido;

polvo serán, mas polvo enamorado.

(Francisco de Quevedo. Cerrar podrá mis ojos..

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Figura de dicción o de palabra (por repetición)

El quiasmo es un paralelismo cruzado: una ordenación de dos grupos de palabras de forma que el segundo invierte el orden del primero. Tiene una presentación visual que recuerda la imagen invertida en un espejo. Un ejemplo lo podemos ver en la disposición de atributo y cópula en los dos últimos versos del soneto quevedesco:

serán cenizas, polvo serán

El siguiente ejemplo muestra un doble quiasmo. El primero, en los dos versos iniciales: verbo + complemento circunstancial // complemento circunstancial + verbo

El segundo, en los dos últimos: sintagma nominal + circunstancial // circunstancial + sintagma nominal

Tejidos sois de primavera, amantes,

de tierra y agua y viento y sol tejidos.

La sierra en vuestros pechos jadeantes,

en los ojos los campos florecidos.

(Antonio Machado. Rosa de uego. De un Cancionero apócrifo.)

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Figura de dicción o de palabra (por supresión de elementos)

La elipsis es la supresión de ciertas palabras en una frase.

-Hijo, para descansar

es necesario dormir,

no pensar,

no sentir,

no soñar.

-Madre, para descansar, [es necesario]

morir.

(Manuel Machado. Ars moriendi.)

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Figura de dicción o de palabra (por supresión de elementos)

El asíndeton consiste en la eliminación de partículas conjuntivas entre dos proposiciones; se consigue sensación de rapidez o de acumulación. Es frecuente su uso en las enumeraciones -como en el poema anterior-, aunque puede ir fuera de ellas.

Sin el menor cambio de voz, Ireneo me dijo que pasara. Estaba en el catre, fumando. Me parece que no le vi la cara hasta el alba,- [y] creo rememorar el ascua momentánea del cigarrillo. La pieza olía vagamente a humedad Me senté; [y] repetí la historia del telegrama y de la enfermedad de mi padre.

(Jorge Luis Borges. Funes el memorioso. Ficciones.)

Bajo un sol inflexible

llanos ocres, [y] colinas leonadas.

Trepé por un breñal una cuesta de cabras

hacia un lugar de escombros:

pilastras desgajadas, [y] dioses decapitados.

(Octavio Paz. La cara y el viento. Árbol adentro.)

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Figura de dicción o de palabra (por supresión de elementos)

La suspensión retrasa hasta el final de la frase o del período, un elemento que aclara el sentido del texto.

Desmayarse, atreverse, estar furioso,

áspero, tierno, liberal, esquivo,

alentado, mortal, difunto, vivo,

leal, traidor, cobarde, animoso,

no hallar fuera del bien, centro, reposo,

mostrarse alegre, triste, humilde, altivo,

enojado, valiente, fugitivo,

satisfecho, ofendido, receloso.

Huir el rostro al claro desengaño,

beber veneno por licor suave,

olvidar el provecho, amar el daño:

creer que un cielo en un infierno cabe;

dar la vida y el alma a un desengaño;

esto es amor. Quien lo probó lo sabe.

(Lope de Vega. Varios efectos del amor.)

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Figura de dicción o de palabra (por supresión de elementos)

La interrupción o abrupción es la figura por la que suspendemos un pensamiento para dar paso a otra idea.

DON ÁLVARO.-iDesdichado~.. ¿Qué hiciste?.. ¡Leonor! ¿Eras tú?.. ¿Tan cerca de mí estabas?.. ¡Ay![...] Aún respira.... aún palpita aquel corazón todo mío... Ángel de mi vida..., vive, vive; yo te adoro.

(Duque de Rivas. Don Álvaro o la fuerza del sino.)

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Tropos

 

La palabra tropo, proviene del griego y significa giro o vuelta. En los tropos hay en cambio, una vuelta, desde el sentido real de las palabras a otro de naturaleza0 imaginaria. Dos son, esencialmente, los tipos de cambios o sustituciones tropológicas: uno da lugar a la metáfora y otro a la metonimia. Como variante de la metáfora tenemos la imagen.

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Tropo

La metáfora es la sustitución de un término por otro cuando entre ambos hay relación de semejanza o parecido.

La sandalia es el bozal de los pies.

El termómetro es la pluma estilográfica de la fiebre.

La jirafa es el periscopio para ver los horizontes del desierto.

(Ramón Gómez de la Serna. Greguerías.)

Tal vez si cada pétalo de rosa

se pudiera juntar, una montaña

de rosas treparía en el espacio

como una rosa inmensa. ¿Tantas rosas

ha consumido el mundo? Tantas rosas

como se están abriendo cada día.

Cada día, en el año, es una rosa

que muda de color, la rosa viva

que cada cual contempla lentamente,

dentro de sí, copiada en el espejo

de su tránsito fiel: la rosa sola.

(Juan Gil Albert. Poesía.)

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Tropo

La imagen es una metáfora en la que no se produce sustitución de un término por otro, pues ambos coexisten.

Cuenta que al levantar el borde de la sábana que cubría al ahogado, revivió en la cenagosa profundidad de pantano de sus ojos abiertos un barrio de solares ruinosos y tronchados geranios cruzado de punta a punta por silbidos de afilador; un remoto espejismo traspasado por el aullido azul de la verdad.

(Juan Marsé. Si te dicen que caí.)

En la red de mi música estás presa, amor mío

y mis redes de música son anchas como el cielo.

(Pablo Neruda. Veinte poemas de amor.)

Como vemos, los términos reales (ojos, verdad, en el primer ejemplo; música, en el segundo) no han sido desplazados por sus correspondientes imaginarios (pantano, aullido, y redes).

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Tropo

La metonimia supone la sustitución de un término por otro cuando entre ambos hay relación de proximidad o dependencia.

La más bella niña

de nuestro lugar,

hoy viuda y sola,

ayer por casar,

viendo que sus ojos

a la guerra van,

a su madre dice

que escucha su mal

dejadme llorar

orillas del mar.

(Luis de Góngora. La más bella niña.)

Las antiguas preceptivas recogían la sinécdoque, con la que se sustituía el género por el nombre de la especie (Roedor por ratón), el continente por el contenido (Bebió dos vasos de vino), la materia por la obra (Hay que lavar la porcelana -por la vajilla-), etc. Hoy podemos asimilar la sinécdoque a la metonimia.

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Otros recursos expresivos

- El hipérbaton. Consiste en la destrucción del orden lógico (sujeto + verbo + complemento) de la oración. Esta alteración puede ser imitadora de la elegancia clásica, favorecedora de la rima, portadora de la idea de desorden, etc.

Con tanta mansedumbre el cristalino

Tajo en aquella parte caminaba

que pudieran los ojos el camino

determinar apenas que llevaba.

(Garcilaso de la Vega. Égloga III.)

La ruptura del orden sintáctico (que los ojos apenas pudieran determinar el camino que llevaba) evoca la extrañeza de la mirada.

- Sin constituir propiamente hipérbaton, recordemos que determinado orden de las palabras (Un tonto, eso es lo que tú eres) puede ser portador de expresividad, tanto del lenguaje común como del literario.

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VALOR ESTILÍSTICO DE LAS PARTES DE LA ORACIÓN

El verbo

a.- La abundancia de verbos de acción, sobre todo principales, da dinamismo a la expresión:

"El Duque entendido el designio, sin dar lugar a esto les salió al encuentro...acometieron a los franceses con gran ímpetu, comenzóse una batalla reñida, aunque duró poco; desbaratóse la gente de a caballo....

b.- La alternancia de tiempos verbales para narrar hechos pasados (indefinido/presente/imperfecto/ perfecto) presta vivacidad al estilo:


"Partiós de la puerta, por Burgos se aguijaba/ llegó a Santa María, luego descavalgaba"

c.- Es conveniente tener en cuenta el uso de los tiempos verbales que se describen en las gramáticas, pues suelen constituir un rasgo estilístico interesante.

- Los tiempos y modos verbales tienen amplias posibilidades estilísticas en nuestro idioma. De la compleja teoría al respecto, destaquemos cinco usos de formas verbales.

1. El presente histórico, como actualización de la acción pasada (El novelista Juan Valera viene al mundo en 1824), da viveza al relato.

2. La acción referida al futuro, pero captada como un presente, llamado presente futuro (Mañana vamos al cine con los niños), es muy expresiva.

3. Por su valor durativo, el pretérito imperfecto es la forma apropiada para la descripción.

La casa de la Escandalosa consistía en un cuarto de unos tres metros en cuadro, en el fondo se veía una cama donde dormía vestido el Bizco.

(Pío Baroja. La busca.)

4. También se utiliza, como portador de una especial expresividad de la narración, el pretérito imperfecto con los valores de apertura (Aquel día comenzaba [= comenzó] con un sol radiante), y de cierre de una acción (Nos anunció su visita. Al día siguiente llegaba [= llegó] jubiloso).

Como hemos podido apreciar, se trata, en ambos casos, de un imperfecto que equivale a un pretérito perfecto simple o indefinido.

5. El pretérito perfecto simple es el tiempo más característico de la narración.

De repente, sus cabellos se pusieron blancos como la nieve, su rostro se cubrió de arrugas, y sus espaldas se encorvaron como las de un hombre decrépito, después le faltó el aliento. Y al fin, cayó muerto en la playa.

(Juan Valera. Elpescadorcito Urashima.)

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- También en el plano morfológico cabe destacar la utilización expresiva de sufijos, como los diminutivos, los aumentativos y los despectivos. Los primeros son frecuentes portadores de valores afectivos, además de las ideas de disminución o aumento de tamaño, que les son propias; los despectivos encierran nociones de rechazo o de desafecto.

 

El sustantivo

a.- Abundancia de sustantivos abstractos es típica de una actitud intelectual:

"No es dudable que la diferente temperie de los países induce sensible diversidad en hombres, brutos y plantas".

b.- Abundancia de sustantivos concretos para designar lo abstracto cuando no es estilo conversacional, es una forma de intensificación expresiva

"Los tribunos y los oradores de Atenas y Roma tienen puestos los ojos (la mirada) antes de soltar los torrentes(abundancia) de su elocuencia, en los semblantes(caracteres) de los pueblos"

c.- La preferencia por los sustantivos que indican especie es una técnica realista: álamo por árbol, caballo por bestia, uniforme por ropa.

d.- La tendencia contraria supone una técnica idealista

e.- El diminutivo supone un estilo familiar con matices de ternura, delicadeza:

"Parad, airecillos"desprecio: "Unas devocioncitas de lágrimas y otros sentimientos pequeños que el primer airecito de persecución se pierden estas florecitas


f.- El aumentativo supone un estilo familiar; añade una intención humorística con matiz caricaturesco o de desprecio: "Tenía el hablar cotorrona/ Lucio, grandote, abobalicado"

g.- El uso de colectivos puede obedecer al deseo de sustituir lo analítico por lo sintético, dando una visión de conjunto o de sugerir heterogeneidad.

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El artículo

a.- Un solo artículo para una serie de sustantivos da a éstos un sentido unitario:

"Destruyeron el imperio y nombre de los romanos"

b.- El artículo delante de cada sustantivo tiene una intención deslindadora, dando personalidad propia a cada uno de ellos:

"El sosiego, el lugar apacible, la amenidad de los campos"

c.- La ausencia de artículo hace que se designe más la esencia que la individualidad del objeto:

"Se mueve con bastoneo, carraspeos y arrastrar de pies"

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El adjetivo

a.- La abundancia de adjetivos calificativos proporciona un ritmo lento, complacencia en la descripción:

"La vieja camina por una vereda húmeda, olorosa, rústica."

b.- El uso de adjetivos determinativos supone una actitud intelectual y objetiva.

c.- Los adjetivos descriptivos (color, forma, sonido) suponen una actitud sensorial:

"Yo voy soñando caminos/ de la tarde. Las colinas/ doradas, los verdes pinos/ las polvorientas encinas".

d.- El adjetivo antepuesto tiene un valor evocador y afectivo:

"Con blando impulso el céfiro suave/ las copas de los árboles moviendo/ recrea el alma con manso ruido/ mientras el dulce soplo desprendidas/ las agostadas hojas, revolando/ bajan en lentos círculos al suelo".

e.- El adjetivo pospuesto tiene un valor intelectual u objetivo:

"Los reflejos memorables de este modo de confraternizar las clases sociales surgen a menudo en los hechos históricos".

f.- El superlativo en -isimo denota énfasis y afectividad:

"El Señor cura era aficionadísimo a la fruta"

g.- El "desplazamiento calificativo" - atribución de la cualidad de un objeto a otro íntimamente relacionado con él- es un procedimiento impresionista:

"El débil trino amarillo del canario".

f.- El epíteto o adjetivo explicativo que -sin tener el valor selectivo propio del especificativo: El coche rojo--- se emplea con valor ornamental o estilístico.

En amigable estaba y dulce trato

(trato amigable y dulce, si amigable

y dulce trato ser llamado puede

cosa que, ausente vos, venga a ofrecerse)

(Francisco de Aldana. Respuesla a Costne de Aldana, su hermano.)

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Las conjunciones

a.- La abundancia de conjunciones de subordinación es indicio de actitud intelectual:

"En las amenazas suele exceder la lengua, porque el fuego de la cólera la mueve muy aprisa, y como no puede corresponder la venganza a la pasión del corazón, queda después desacreditada la prudencia del príncipe, y así...

b.- El polisíndeton produce un ritmo retardado, aislando una idea de otra para que la acción se detenga en cada una de ellas:

c.- El asíndeton da un ritmo acelerado a la acción:

"Sal, corre, vuela, alcánzalo, llámale, porque si n, estamos perdidos"

d.- Cuando se trata de ausencia de coordinación y subordinación es un recurso impresionista:

" Azorín escucha al maestro. Honda tristeza satura su espíritu en este silencioso anochecer de invierno. Yuste pasea..."

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Los sonidos

a.- La onomatopeya es un recurso impresionista

b.- La asonancia y similicadencia pueden encerrar una intención de intensificar la expresividad, pero pueden ser también elegancias externas:

"Porque en la cárcel cantamos, en el potro callamos, de día trabajamos, de noche hurtamos"

c.- La abundancia de arcaísmos suele tener intención evocadora y se presenta en textos de tono sensorial o afectivos:

"Había escrito algunas monografías de claros varones de su casta y de su villa, que los doctos guardaban cual oro en paño. Los que lo conocieron en la mocedad hacíanse lenguas de su donaire y de su gallardía"

d.- La abundancia de cultismos responde a una actitud intelectual:

"Una generación no es un puñado de hombres egregios, es como un cuerpo social íntegro con su minoría selecta"

e.- Los exotismos buscan sensaciones de color; abundan en estilos impresionistas

"O con amor hindú que alza sus llamas/ en la visión suprema de los mitos/ y hace temblar en misteriosas brasas/ la iniciación de los sagrados ritos/ en tanto mueven tigres y panteras/ sus hierros, y los fuertes elefantes/ sueñan con ideales bayaderos/ los rajahs, constelados de brillantes"

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El verso

a.- El verso corto característico de la poseía popular crea un ritmo rápido y sus efecto es el dinamismo:

"Yo soy viva

soy atractiva

me meneo

me paseo;

yo trabajo

subo y bajo;

no me estoy quieta jamás"

b.- El verso largo lleva consigo un ritmo lento y da un tono grave a la expresión:

"El Rey de los hidalgos, señor de los tristes/ que de fuerza alientas y ensueños vistes/ coronado de áureo yelmo de ilusión/ que nadie ha podido vencer todavía/ por la adarga al brazo, toda fantasía/ y la lanza en ristre, toda corazón"

c.- El encabalgamiento suave indica serenidad, armonía

d.- El encabalgamiento abrupto da dinamismo al verso.

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